lunes, 11 de junio de 2012

Domingo 18 de diciembre del 2011Seguridad

Violencia infantil, los golpes que marcan futuro de los menores

Santiago Molina | QUITO
QUITO. Las cifras del maltrato infantil, ilustradas en una fotoproducción, son preocupantes según autoridades.
QUITO. Las cifras del maltrato infantil, ilustradas en una fotoproducción, son preocupantes según autoridades.

Pedro en seis meses más será mayor de edad. Trabaja en una ferretería en el sur de la capital y al momento comparte un cuarto con dos amigos en el sector de Guamaní.

El joven tiene ojos color miel, sus manos cobrizas son gruesas y su estatura es pequeña. Viste un pantalón de tela plomo, una camisa y un buzo largo de rayas negras y verdes, que dice le regaló su madrina Rosa.

A primera vista Pedro parece un chico con una vida normal, pero con él se evidencia otra situación.

Al levantarse los puños de la camisa blanca aparecen tres manchas sobre la piel, de esas hechas por golpes. “Yo tenía 11 años cuando dejé mi casa en El Tejar (Cotopaxi). Mi madre todo lo arreglaba a golpes y estas tres señales demuestran que cometí una falla que solamente podía ser arreglada a palos”, cuenta el chico mientras escucha una canción de su ídolo Jaime Enrique Aymara.

La imagen que Pedro guarda de su casa es la de un viernes en la tarde, hace ya casi seis años, cuando cogió una mochila pequeña con ropa. Luego su recuerdo sufre un salto largo que lo lleva a los exteriores de la terminal terrestre de Cumandá, en el centro de Quito, ciudad a la que llegó en busca de un amigo del barrio.

La madre de Pedro era una mujer de unos 45 años a quien su marido la abandonó con cuatro hijos a cuestas. Ella se dedicaba a lavar ropa, trabajar en la tierra y de vez en cuando a moldear barro para tejas.

“Luego de que mi papá nos dejó, mi mamá se dedicó a beber. Cada vez que hacíamos algo malo ella nos apaleaba. La última vez que me pegó ella estaba borracha y mientras me daba duro con un palo me insultaba por haber dejado morir una gallina”, afirma Pedro.

La psicóloga Treacy Vinueza sostiene que el maltrato infantil puede ser el generador de individuos violentos con un carácter de resentimiento contra una sociedad, que creen, no los respetó, ni los defendió.

“Un niño golpeado y humillado tiene grandes probabilidades de repetir la conducta con la que le educaron cuando llegue a adulto. La falta de una familia hace que se busquen referentes de cariño en lugares equivocados”, expresa Vinueza.



Datos del Consejo Metropolitano de Protección Integral a la Niñez y Adolescencia (Compina) de Quito revelan que las formas más comunes de maltrato contra este sector de la población son el psicológico y físico, aunque se registran también datos por violencia sexual y maltrato institucional.

Entre enero y junio del 2011, el Compina, a través de sus dos Juntas Metropolitanas de Protección de Derechos (JMPD) resolvió 906 casos de maltrato y se prevé que hasta finalizar este año la cifra pueda alcanzar los 1.900. Solo en el primer semestre las JMPD ubicadas en el centro histórico y la Delicia, en la capital, receptaron 715 denuncias por maltrato psicológico y 642 por maltrato físico.

En la provincia del Guayas según cifras del Instituto del Niño y la Familia (INFA) obtenidas en los centros de restitución de derechos que funcionan en Guayas, en el 2010 se reportaron 2.650 casos de abandono o negligencia de los padres o responsables del cuidado de los menores de edad. Ese es el principal tipo de maltrato; le siguen las agresiones físicas, con 980 hechos; psicológicas, con 837 denuncias; y abuso sexual, que dejó en un año 850 víctimas.

Las estadísticas del INFA demuestran que en las ciudades de Quito y Guayaquil el 27% de la población hasta 10 años es castigada al menos una vez por semana.

Ricardo Viera, abogado del Compina, explica que el maltrato contra los menores no solo se queda en el acto que violenta los derechos de niños, niñas y adolescentes, sino que trasciende al plano de los operadores de justicia que en lugar de proteger los derechos de los afectados los termina conculcando aún más, en la mayoría de casos, con sentencias alejadas de la realidad.

Pedro cuenta que cuando llegó a la capital se juntó con chicos que le enseñaron a beber, fumar e incluso a robar. El muchacho refiere que hasta fue parte de una pequeña pandilla que existía por donde él vivía. “Ellos me decían que ahora son mi familia y que por la pandilla se debe hacer todo. Un año estuve con ellos, pero me fui porque una señora me llevaba de vez en cuando para que le ayudara en su tienda”.

En medio de la conversación, Pedro resalta que le da pena que haya padres que maltraten a sus hijos y cuenta que se desesperó hace dos semanas al ver en la televisión el caso de una señora que supuestamente había matado a golpes a su hijo de tan solo un año de edad.

Pedro se refiere al caso de Cristhoper, un niño que murió en Quito, el pasado 25 de noviembre, debido a una hemorragia cerebral, fractura de cráneo y trauma craneoencefálico. La conclusión de la médico legista Sonia Herrera revelaba que esta fue una muerte violenta, con un diagnóstico clínico denominado Síndrome del Niño Maltratado.

Por ese hecho, la madre del menor, María Cárdenas, de 19 años, y el padrastro del niño, Álex Estacio, de 24, recibieron prisión preventiva.

Cárdenas, en primera instancia, adujo que los hematomas que presentaba el cuerpo del niño se debían a una enfermedad que tenía, pero ante la prensa aceptó que el niño se le cayó de sus brazos.

“El examen médico revela agresiones físicas. La madre del menor y el padrastro aún deben explicar el porqué existían huellas de violencia en el cuerpo y además el porqué varios de los moretones querían ser ocultados con maquillaje”, explicó uno de los agentes del caso.

La muerte de Cristoper no hace parte ni de las estadísticas por violencia intrafamiliar, ni tampoco por maltrato infantil, sino de la cifras por homicidio en Quito, que hasta noviembre del 2011 supera los 200 casos.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los lactantes y niños en edad preescolar son los más expuestos a fallecer a causa de un maltrato. En cambio, la Unicef reseña que diariamente miles de menores en el mundo son maltratados física y psicológicamente por padres, madres, parientes, profesores, o por cualquier adulto que considere el castigo físico “aceptable” y hasta “necesario”.

Una agente de la Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños Niñas y Adolescentes (Dinapen) explica que uno de los mayores problemas que genera el maltrato infantil, de cualquier tipo, es que la víctima termina creyendo que fue culpable de lo que le sucedió y que se lo merece.

Pedro acepta que al principio pensaba que los golpes “eran para su bien”, pero luego de ver que la educación de un familiar no consiste en maltratos entendió que eso era incorrecto.

“Yo tuve la oportunidad de encontrarme con una señora buena que me dio cariño y trabajo. Otros amigos que también eran maltratados no corrieron con esa suerte”, contó.

Hace dos años Pedro visitó a su madre por última vez y pudo darse cuenta que ella ya no castiga a sus tres hermanas menores como lo hacía con él.

El maltrato infantil volvió a cobrarse la vida de un niño


Esta vez fue en Santiago del Estero, un padrastro arrojó a un chico de dos años contra una pared. El pequeño está internado con muerte cerebral

La madre del pequeños lo trasladó al Hospital de Niños Eva Perón; dijo que se había golpeado mientras jugaba. Cuando el diagnosticaron muerte cerebral, confesó que su marido lo había lanzado contra una pared. Donarán los órganos del niño, tas su muerte inminente. 

Es el segundo caso en una semana de maltrato infantil que desenlaza en la muerte. El primero fue el de la beba cordobesa, Ludmila, quien falleció hace dos días. 

Las autoridades del Hospital Eva Perón informaron que hay tres chicos internados por golpes de sus progenitores, aunque ninguno está tan grave, según informó el diario La Nación.

El pequeño de dos años tiene un severo cuadro de edema cerebral. Su padrastro lo habría agarrado del cuello y lanzado contra una pared de su vivienda. Tanto él como la madre del niño están presos, por orden de la jueza de menores María Cuestas de Molina.

Martes 07 de Febrero de 2012 - 11:18 AM

Bogotá, Antioquia y Valle con los índices más altos de violencia sexual en menores

Archivo/VANGUARDIA LIBERAL
Bogotá, Antioquia y Valle con los índices más altos de violencia sexual en menores
(Foto: Archivo/VANGUARDIA)
El documento elaborado por el Centro de Referencia Nacional sobre Violencia (CRNV) de la entidad precisa que Bogotá y los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca registraron las cifras más altas en este tipo de hechos.Al menos 17.128 menores de edad fueron víctimas de algún tipo de delito sexual durante 2011. Así lo reporta un informe preliminar revelado por el Instituto de Medicina Legal.

Para la capital del país, por ejemplo, se realizaron 3.783 exámenes, mientras que en Antioquia y Valle del Cauca se reportaron 1.946 y 1.496, respectivamente.

Con respecto a la edad, Medicina Legal sostuvo que los niños entre 5 y 9 años son los más vulnerables, pues en este rango se reportaron 1.342 casos.

En cuanto a género, las niñas son las más afectadas según el estudio. Al respecto se habla de edades de entre los 10 y 14 años, donde se reportan 6.473 casos.

“Este es un gran problema que afecta la niñez colombiana y por lo tanto, debemos aunar esfuerzos para seguir implementando políticas de protección a los menores de edad y los familiares deben denunciar cuando conozcan estos hechos”, sostuvo Sandra Lucía Moreno, coordinadora del CRNV.
Insólitos casos de maltrato infantil en Colombia

En Barranquilla la niña de 15 meses que el pasado fin de semana recibió una fuerte golpiza de su padrastro quedó en estado de coma. El cuerpo médico del hospital pediátrico de Barranquilla informaron que aunque la menor está conectada a un respirador ya no se puede hacer nada para sacarla de ese estado.
De otro lado en Cali una niña de 10 meses falleció intoxicada con un "menjurje" que le suministró un yerbatero en zona rural del municipio de Dagua, al occidente del Valle del Cauca.
La menor, quien fue atendida en el hospital Universitario del Valle y luego en la clínica Rafael Uribe, del Seguro Social, donde luego de ocho dias falleció presentaba múltiples complicaciones hepáticas, renales y cardíacas.
Según la versión de su madre, Sandra Lorena Ortega, una humilde habitante de la vereda "El Agrado", la llevaron hasta donde el curandero porque padecía de diarrea y gripe.
El sujeto se encerró con la niña y le suministró externamente una pócima cuyos componentes pudieron ser alcohol de lámpara, azufre , alquitrán y otro elemento desconocido, según un informe médico preliminar.
En medicina legal confirmaron que la muerte fue por intoxicación lo que movilizó a la Fiscalía que capturó en Dagua al yerbatero para que explique el procedimiento.
Las autoridades médicas en el Valle llamaron la atención de los padres de familia para que eviten el mal trato entre la población infantil y acudan a la atención profesional de sus hijos.
Niña de once años en embarazo, queda an manos del ICBF
En Medellín a través de su centro zonal número tres en Medellín, la regional del Bienestar Familiar en Antioquia asumió las investigaciones y la protección de la niña de once años, madre de un bebé de un año, y de nuevo en embarazo.
La dirección regional del Bienestar y el Hospital General, donde se encuentra la menor, iniciaron las acciones legales que permitan esa protección y atención, como también el contacto con sus familiares para establecer los antecedentes de esta situación .
La directora del Bienestar Familiar en Antioquia, Magnolia Giraldo, explicó que con la Defensoría de Familia y la Fiscalía de la Nación también se emprenderá la correspondiente investigación para determinar responsabilidades penales de este caso, toda vez que se tipifica el delito de relación sexual con menor de catorce años.
La niña-madre no ha revelado el nombre del padre de sus hijos, y según el Bienestar, el primer hijo lo tuvo en condiciones de indigencia porque al parecer vivió algún tiempo en la calle, y cuando regresó a la casa ya estaba embarazada de nuevo.
Según las primeras informaciones obtenidas, el autor de este segundo embarazo sería un hombre de 40 años, pero las autoridades tratan de ubicar mediante investigaciones en el entorno que frecuentaba la menor.
El caso de la niña de Medellín es aberrante, dice la Defensoría del Pueblo.
La Defensoría del Pueblo calificó de aberrante el caso de la niña de diez años que se encuentra en un hospital de Medellín a la espera de que nazca su segundo hijo.
El Defensor encargado, Darío Mejía, advirtió que esa situación demuestra que los programas de promoción y prevención sobre salud sexual y reproductiva del gobierno son totalmente nulos "en encuestas que ha adelantado la institución demuestra la casi nula existencia de reales programas de prevención para adolescentes, lo que hace que también se pierda la unidad familiar y la corresponsabilidad social de los padres con sus hijos".
Señala que el gobierno no le presta atención a los temas sociales y familiares que llevan a que se presenten estos casos denigrantes para la sociedad colombiana, "es Preocupante y debería hacerse un verdadero énfasis pedagógico, campañas unificadas de educación por parte de alcaldías y gobernaciones, no que cada una tome por su cuenta, por ejemplo, lo del uso del condon, como si fuera una feria de quien presiona más".
Mejía indicó que no se ha hecho una verificación a fondo de las fallas de los programas estatales en materia de educación sexual, "no se verifica el control de resultados ni positivos, ni negativos, o si en realidad se están dando. La población está expuesta a que sucedan pequeñas y grandes tragedias por simple falta de educación".
Sostuvo que el Bienestar Familiar debe reforzar los programas de prevención para padres, y la justicia de aumentar los castigo severos a aquellos que permitan situaciones de riesgo para los menores de edad.

lunes, 28 de mayo de 2012


Niñez en riesgo

Maltrato infantil

Las estadísticas muestran un importante aumento en las denuncias de violencia familiar contra menores. ¿Qué se puede hacer para prevenir esta situación? Historias de jóvenes que lograron escapar de este fantasma y hoy sueñan con poder formar una familia sana y feliz
Marcos todavía le cuesta entender lo que le tocó vivir. La violencia física y psicológica que ejercía su abuela sobre él, la indiferencia de su madre, la inexistencia de un padre, generaron una falta de contención que lo empujó a la calle. "Ahí, la cosa cambia de color y tenés que elegir, pero con 10 años y sin alguien que te guíe bien elegís lo peor", cuenta Marcos. Hoy es un joven de 22 años, que gracias a un programa de contención y a su propio esfuerzo trabaja, vive solo y sigue tratando de mejorar su vida.
Pero Marcos no es un caso excepcional, sino uno más de los miles de niños que a diario son maltratados por alguien de la familia. En lo que va del año, el programa Las Víctimas contra las Violencias, que depende del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, a cargo de Eva Giberti, ya ha detectado al menos 270 casos de violencia contra chicos.
En la Capital, de las casi 4500 llamadas que recibió en 2007 la Línea de Asistencia a la Infancia y la Adolescencia (102), el 79 por ciento fue por denuncias sobre negligencia y maltrato. Las cifras reales son mucho mayores, si se tiene en cuenta que sólo se denuncian dos de cada diez casos.
En la provincia de Buenos Aires, las denuncias recibidas en las comisarías de la mujer y la familia sobre maltrato a menores de 21 años aumentaron un 56 por ciento el año pasado, respecto de 2006. A través de las defensorías zonales de la provincia, se tomaron al menos 1000 medidas de protección de derechos de víctimas de violencia familiar en 2007.
Aunque no hay estadísticas oficiales en cuanto al maltrato infantil en el nivel nacional, según los datos de la Subsecretaría de Derechos para la Niñez, Adolescencia y Familia, en 2007 se recibieron casi 3300 denuncias de violencia familiar, que involucra la agresión física y psicológica de menores.
En el nivel mundial, las cifras son todavía más alarmantes: según Unicef, 275 millones de niños al año sufren distintos tipos de violencia.
"Si bien los números son terribles, hay que pensar más en la realidad: estamos hablando de criaturas indefensas que viven una constante situación de violencia", dice Karina Pincever, directora del Programa Ieladeinu, que trabaja con niños víctimas de violencia. A ese programa llegó Marcos a los 13 años.
"Al principio no entendía qué hacía ahí, pero prefería estar en el hogar a pasar los días en la calle con malas juntas , robando o buscando droga", cuenta Marcos. El joven tiene recuerdos de su infancia como una época en la que regía el "todo vale". Salía con un grupo de compañeros del colegio a hacer maldades. "Era nuestro juego -dice Marcos-. Otros niños hacen deportes o miran la tele, nosotros robábamos, sin entender las consecuencias."

¿QUÉ ES EL MALTRATO INFANTIL?

Para muchos, el maltrato es la acción de golpear al menor. Sin embargo, este flagelo abarca mucho más. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el maltrato infantil es "cualquier acción u omisión de acción que viole los derechos de los niños y adolescentes". Es decir, hacer y no hacer respecto del cuidado del niño, puede convertirse en una forma de maltrato.
El abandono o negligencia, y el maltrato emocional también son formas de violencia, según sostienen los especialistas. "El maltrato psicológico y el trato humillante son la primera manifestación de la violencia hacia el menor", dice el presidente del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Sergio Sanmartino. "Primero es la violencia verbal, después viene el maltrato físico", aclara Sanmartino.
Así lo cuenta Sofía, una joven de 17 años que fue derivada por el juzgado a uno de los hogares de la Fundación Juanito, que también trabaja con niños maltratados. "Yo no entendía qué le pasaba a mi mamá, me daban miedo sus gritos -recuerda Sofía-. Ahora sé que era el alcohol lo que la alteraba. Después de los gritos empezaron a venir los golpes", dice la joven.
Muchos de los menores que llegan a estos hogares tienen grandes signos de abandono físico, sin que necesariamente se haya llegado al golpe. "Algunos de los niños son traídos al programa con un peso muy por debajo de lo normal, sucios y con una notoria carencia de afecto", señala Pincever.
Una tercera etapa, y con consecuencias físicas y psicológicas aún más graves, es el abuso sexual. "Si hubiera cifras que reflejaran la realidad en este aspecto, serían terriblemente altas", dice la directora del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, Nora Shulman.
Un estudio realizado por el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina, junto con la Fundación Arcor en 2007, investigó los distintos tipos de castigo físico y humillante que más ocurran en la Argentina. Los resultados sostienen que en los hogares con niños de entre 0 y 5 años, los castigos más utilizados son principalmente las penitencias (65,1%), los retos en voz alta (65%), los golpes, cachetazos y chirlos (31,8%) y en menor medida las agresiones verbales (9,1%).
El maltrato se manifiesta de muchas maneras y todas ellas vulneran los derechos del menor protegidos por la Convención Internacional de los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1989, e incorporada a la Constitución Argentina.
La mayoría de los casos sólo salen a la luz cuando alguien detecta las evidencias físicas del maltrato en el menor. "Por lo general son los maestros quienes se dan cuenta de la situación, cuando el niño empieza a faltar sin excusas válidas, y aparece con golpes en distintas partes del cuerpo", indica Sanmartino.

CADENA DE VIOLENCIA

¿Qué es lo que lleva al adulto a descargar su violencia sobre un niño indefenso? Las explicaciones son muchas y Sin embargo, puede señalarse un aspecto básico: los adultos violentos han sufrido violencia en su pasado.
Según una investigación realizada por el Programa Ielaidenú con niños maltratados y sus familias, en el 90 por ciento de los casos los padres fueron a su vez maltratados durante su infancia.
Por eso los especialistas recomiendan trabajar en conjunto con la familia. “Hay que pensar que los padres también fueron víctimas”, dice Mónica Basualdo, una de las responsables del Hogar Juanito. Basualdo sostiene que no se puede negar el pasado del niño, sino que hay que trabajar para evitar que esa violencia se repita y, en lo posible, que los padres también se recuperen.
“La historia de la propia infancia se considera uno de los factores de más alto riesgo en las posibilidades de llevar adelante adecuadamente la educación y la crianza de los hijos”, sostiene María Inés Bringiotti, de la Asociación Argentina de Prevención del Maltrato Infanto-juvenil (Asapmi).
Marcos aún hoy, después de pasar diez años en un hogar, conseguir trabajo, independizarse, y lograr algunas de sus metas, sigue preocupado por la posibilidad de repetir su pasado violento. “Intento evitarlo, pero es algo que uno se trae del pasado y siempre tengo miedo de no poder controlarlo”, se lamenta Marcos. Perdió a su pareja porque se asustaba de sus salidas violentas como, por ejemplo, romper algún objeto o gritar para descargarse.
A pesar de todo está convencido de que no va a repetir lo que le hicieron a él. “Todo lo que hago tiene como objetivo estar lo suficientemente seguro como para criar una familia con mucho afecto y sin violencia”, dice el joven.

UNA TAREA DE TODOS

La sociedad civil, la escuela y los medios de comunicación son tres actores fundamentales para actuar en contra de la violencia hacia los niños. “La falta de valores que experimentamos hoy es una de las grandes causas del maltrato hacia los niños”, opina Marta Dávila, de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
En eso coincide también la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf). “Es frecuente que los niños maltratados incorporen modelos violentos”, dice Paola Vessvessian, de la Senaf. “Si además se identifican con el agresor, es posible que ejerzan violencia sobre otros, cuando no la vivencian en su cotidianidad sobre sí mismos”, aclara.
La violencia en la televisión, la indiferencia ante las evidencias cada vez más alarmantes, la negación social de este flagelo que afecta a los niños es lo que los especialistas sostienen que hay que erradicar.
Según los representantes de Periodismo Social, los medios “tienen un potencial comprobado en la promoción de derechos de niños y niñas” y pueden contribuir para hacer visible el problema del maltrato infantil, “desnaturalizando estos hechos y mostrándolos como un fenómeno psicológico y social complejo, antes que como un flagelo inevitable”. Pero el trato mediático de estos temas también puede generar el efecto contrario. Gisela Grunin, de Periodismo Social, sostiene que esto sucede cuando los medios “ponderan el aspecto más morboso de los hechos, y cuando revelan datos o muestran imágenes que identifican a las víctimas”.
Las víctimas del maltrato también identifican la “mala prensa”. Matías, un joven que vivió el maltrato en su familia y que hoy es parte del Hogar Juanito, no está de acuerdo con la manera en que se cubren los hechos de violencia hacia los menores.
“Para los periodistas es algo que pasa lejos, que sólo se publica cuando es un caso extremo, y que pierde importancia a los pocos días –dice el joven, de 17 años–. Pero para nosotros es algo muy real, que vivimos todos los días.”
Si bien hay muchos casos en los que los niños son los protagonistas de la violencia hacia otros, incluso en ese punto, sostienen los especialistas, hay que considerar a los pequeños agresores como víctimas. Además, la violencia ejercida sobre los menores es mayor que la ejercida por parte de ellos.
Según el monitoreo de noticias sobre infancia y juventud que realiza, desde 2004, el Capítulo Infancia de Periodismo Social en los principales diarios del país, las notas en las que se relatan hechos sobre niños o niñas víctimas de diferentes tipos de violencia quintuplican las notas en las que aparecen como agresores.
También la escuela debe responsabilizarse por la violencia hacia los niños, y actuar para evitar que se difunda. “A veces, las instituciones están desbordadas, y cuando un nene se porta agresivamente deciden echarlo del colegio –dice Pincever–.
Pero cuando los chicos son violentos, hay que pensar que eso es el signo de que algo les está pasando a ellos”, agrega la especialista.

SOCIEDAD CIVIL

La presidenta de la Fundación Nuestras Manos, María Lourdes Molina, también sostiene que es la sociedad civil organizada la que debe actuar para evitar la violencia hacia los niños. “Debe convocarse a profesionales de las distintas disciplinas e ir preparando a los estudiantes de los últimos años de las carreras de Trabajo Social, Psicología, Psicopedagogía, Medicina, Psicología Social, entre otras”, dice Molina.
Sofía, Matías y Marcos se muestran dispuestos a no repetir lo que ellos vivieron. Los tres pelean por su futuro y sueñan con una familia, con hijos a los que puedan brindarles el afecto que ellos no recibieron de sus padres.

CONTACTOS

SALIR DEL CÍRCULO

Con mucho esfuerzo y sobre todo con el apoyo de la sociedad, los niños que sufren maltrato pueden salir del círculo de la violencia. Matías, del hogar Juanito, cuenta que al alejarse de su familia y entrar en la fundación, conoció nuevas formas de trato. “Para mí lo normal era la relación violenta; acá aprendí que existe el afecto”, dice el adolescente. Pero para que esto sea posible, muchos especialistas sostienen que es fundamental trabajar en junto con la familia.
El Programa Ielaidenu, por ejemplo, trabaja primero con el menor dentro del ámbito familiar, y sólo lo saca de su casa si considera que corre peligro. “Trabajar para que la familia misma deje de ser violenta es muy difícil, pero es fundamental si queremos romper la cadena de violencia”, dice la directora del programa.
“Abrazá y no pegues”, es el lema que adoptaron los chicos del Hogar Juanito. Para Marcos, es un desafío por el que todavía está atravesando. “Necesito confiar en mí, saber que nunca voy a levantarle la mano a mis futuros hijos –dice–. Y cuando esté seguro de eso, sé que voy a tener una hermosa familia.” 

lunes, 14 de mayo de 2012



Tipos de maltrato
  • Físico: implica el uso de fuerza física que va desde la la cachetada, golpes, empujones y/o lesiones graves que pueden provocar la muerte.

-Indicadores: el niño muestra
  • Temor al contacto con los adultos
  • Comportamientos agresivos o retraimientos no propios de la edad
  • Cambios en el rendimiento escolar ( distracciones, falta de concentración) y/o social ( no se interesa por el juego o juega poco).No habla con la familia.
  • Frecuentes quejas de dolores (cabeza, estómago, etc.)
  • Falta de cuidado en la atención de la salud general.

  • Emocional o psicológico: hablamos de hechos que favorecen la desvalorización, humillación, miedos y sentimientos de culpa.
Cómo se logran tales conductas:
  • No respetarlos como personas
  • Insultarlos
  • Quitarles o romperles sus juguetes
  • Encerrarlos en sus habitaciones, como forma de corrección de conductas.
  • Lastimar o matar a sus animales
  • Ser indiferentes a sus demandas
  • Hacerlos partícipes de las peleas de los adultos
  • Falta de comprensión.
  • Sobreexigirlos / sobreprotección

- Indicadores:
  • Pasividad, timidez, problemas de aprendizaje
  • Inhibición en los juegos
  • Comportamientos regresivos: succión del pulgar, pérdida del aprendizaje del control de esfínteres.

  • Abuso sexual: Son aquellas situaciones en las que un adulo utiliza su relación con un niño o adolescente para obtener satisfacción sexual. Las conductas abusivas pueden implicar o no contacto físico. El contacto físico incluye toda conducta en al que el agresor toque zonas de claro significado sexual.
Otras como el exhibicionismo, el pedido de realizar actividades sexuales  o de participar en material pornográfico.

Indicadores:
  • el niño/a comenta situaciones de abuso a una persona de confianza
  • Posee conocimientos sexuales inusuales para su edad
  • Presenta lastimaduras en genitales externos, vagina o área anal.
  • Dificultad para caminar o sentarse.
  • Pobre relación con niños de su edad.
  • Se fuga frecuentemente
  • Grave desestructuración de su personalidad

Acción Educativa


         Conocimiento de los indicadores


A) Indicadores de los padres potencialmente abusivos
Principalmente estos seres no deseaban ser padres. La madre niega el embarazo, no quiere engordar, está muy deprimida, probablemente está sola y temerosa y le falta apoyo del marido o del compañero.

Quisieron hacer un aborto y no pudieron: después del nacimiento del bebé los padres no demuestran interés

B) Indicadores de los padres abusivos
Parecen desinteresados sobre el niño, lo ven como malvado. En ocasiones  ofrecen explicaciones ilógicas, no convincentes, contradictorias o no las tienen sobre las lastimaduras de los niños. Intentan ocultar las lesiones del niño o proteger la identidad de la persona responsable de éstas.

Rutinariamente emplea una disciplina inapropiada para la edad y condición del niño. No pueden dominar sus impulsos, son compulsivos. Tienen poca autoestima, poseen una personalidad rígida con falta de afecto y no recurren a los sistemas de ayuda social.

Como educador, qué hacer frente al niño


A) El niño deber recibir la atención que necesita. como persona única, indivisible e irrepetible para lograr el auto confianza necesaria y desarrollo pleno.
En muchos casos, el centro docente es el que atiende por primera vez presta  dicha atención. Para brindar al niño adecuada atención, el educador
a) Debe ser buen: interlocutor, pesquisador, observador, consejero, orientador, modelo educativo
b) Lograr la confianza del niño
c) Darle seguridad
d) Servir de alivio al miedo, a la agresión y respaldar    mediante el trabajo con los padres.
e) Darle oportunidad de éxito

B) Prevenir que el docente no sea un irritador más. Tener en cuenta que puede ser irritante o aumentar el estrés del niño, situaciones como: la falta de atención, la forma de corregir los trabajos, la comunicaciones al hogar, las exigencias de los materiales, la rigidez en el control del horario, el lenguaje usado por el educador, los métodos disciplinarios autoritarios y desautorizantes.

C) Se debe  incluir en las carreras docentes la capacitación en el trabajo con los padres 

D) Aspecto legal: denuncia.

¿Quiénes deben denunciar?
Todos podemos denunciar, pero a su vez hay quienes están, por Ley, obligados a hacerlo. Mediante el Artículo 164 del código procesal penal, la ley impone a los empleados o funcionarios de la administración pública el deber de realizar la denuncia. En esta categoría nos hallamos incluidos los docentes y no docentes.

¿A dónde denunciar?
Puede recurrirse a: Juez de Paz, asesoría de menores, comisaría, fiscalía, juez civil de turno, asociación contra la violencia familiar, Juzgado de familia. En Argentina, la denuncia se puede hacer vía teléfono  (consultar primeras páginas guía) ésta puede ser anónima.

Casos De Maltrato Infantil


Estremecedor caso de maltrato infantil

Presenta fracturas recientes de un hombro y costillas, además de cicatrices por quemaduras de cigarrillos y mordidas. También está desnutrida
En la misma audiencia, Betsabé Arciego Sepúlveda responsabilizó a su conviviente como el autor de las agresiones a su hija. Sin embargo, tres testigos la culparon a ella.
Un espantoso y estremecedor caso de maltrato infantil quedó al descubierto en nuestra ciudad, y tiene como víctima a una inocente pequeña de tan sólo dos años, quien se encuentra internada de carácter grave en el hospital Doctor Juan Noé, tras sufrir hace meses una serie de lesiones que habrían sido ocasionadas por su propia madre.
La niña, de iniciales J.R.A., permanece en la Unidad de Pediatría, ya que presenta varias lesiones, como una reciente fractura de su hombro derecho y de costillas (de hace aproximadamente 25 días).
Asimismo registra cicatrices de quemaduras de cigarrillo y marcas de mordeduras, ocasionadas por un adulto, en diversas partes de su cuerpo. También está afectada por un cuadro de desnutrición y pérdida de cabello.
El caso quedó al descubierto, luego que el Juzgado de Menores ordenara a Carabineros, a raíz de una denuncia anónima, trasladar a la menor al hospital, para constatar lesiones. En el recinto asistencial los médicos determinaron el delicado estado de la niña, quien a raíz de la fractura en su hombro presenta una malformación en esa zona.
El hecho quedó en manos de la Brigada de Delitos Sexuales contra Menores de la Policía de Investigaciones, unidad que detuvo antenoche a la mamá de la niña, tras una persecución. El caso fue derivado a la Unidad de Protección a Testigos y Víctimas de la Fiscalía local.

ACUSAN A LA MADRE
De acuerdo a lo expuesto por la fiscal Javiera López, tras la constatación de lesiones, se obtuvo la declaración de dos testigos protegidos, quienes manifestaron que la autora de los maltratos es la madre de la niña, Betsabé Arciego Sepúlveda (30).
La mujer obtuvo su libertad en febrero de este año, luego de haber sido condenada en 2002 por homicidio simple, a la pena de tres años y un día. Tras salir de la cárcel, se fue a vivir a la casa de la familia de su pareja, en la avenida Capitán Avalos, donde también se llevó a su hija, quien había quedado bajo la tuición de una hermana de la imputada, mientras ella cumplía con su sentencia.
Según lo expuesto en la audiencia de formalización de la investigación, Betsabé Arciego habría agredido a su hija desde febrero hasta la fecha, con golpes de puño y objetos contundentes. Aparte de la fractura de hombro y costillas, y de las quemaduras por cigarrillos y mordidas que sufrió la pequeña, presenta una infección en su oído y lesiones en el tabique nasal.
Los maltratos incluso la han transformado en una niña que escasamente habla.

LESIONES GRAVES
Arciego Sepúlveda fue acusada por la fiscal como autora de lesiones graves.
Se mencionó que los testigos que la responsabilizaron como la autora de las agresiones decidieron no identificarse, ya que -aseguraron- la mujer habría amenazado a su entorno cercano, manifestando que “iba a matar a quien se interpusiera entre ella y su hija”.
Por considerar que constituye un peligro para la seguridad de la menor, el juez de Garantía Francisco Javier Berríos, decretó la prisión preventiva de Betsabé Arciego Sepúlveda en el Complejo Penitenciario de Acha. También se fijó un plazo de cierre de la investigación de 80 días.


ACUSO A CONVIVIENTE
Renunciando a su derecho de guardar silencio, Betsabé Arciego declaró durante la audiencia, ocasión en la que responsabilizó a su conviviente como el autor de las agresiones en contra de su hija.
La mujer tiene otros tres hijos con el hombre.
La imputada, quien reconoció que fue violada a los cinco años por su padrastro y que consumió drogas durante 14 años, dijo que en mayo pasado intentó abandonar a su pareja S.M.F.; sin embargo, en aquella ocasión el hombre quebró una ventana y parte de los vidrios le ocasionaron heridas a la menor. Recordó que el pasado 10 de mayo, la niña sufrió la fractura en su hombro, tras caer por la escalera de su casa.
Consultada si detectó las heridas por quemaduras y mordidas en el cuerpo de su hija, la mujer dijo que jamás se había dado cuenta de esas lesiones.
Reiteró que su pareja es el responsable de las agresiones contra la menor.


jueves, 10 de mayo de 2012


Clasificación Del Maltrato Infantil


Definición y ciclo del maltrato infantil
El maltrato a los niños es un problema universal que ha existido desde tiempos remotos, sin embargo es en el siglo XX con la declaración de los derechos del niño (O.N.U. 1959), cuando se le considera como un delito y un problema de profundas repercusiones psicológicas, sociales, éticas, legales y médicas.
La investigación norteamericana sitúa el comienzo de la sensibilización mundial cuando investigadores como Kempe, Silverman, Steele, y otros, en 1962 etiquetaron el llamado Sindrome del niño maltratado.

Definición y clasificación del maltrato infantil

No existe una definición única de maltrato infantil, ni una delimitación clara y precisa de sus expresiones. Sin embargo, lo más aceptado como definición es todas aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad. Ello supone la existencia de un maltrato físico, negligencia, maltrato psicológico o un abuso sexual. (NCCAN, 1988). Esta definición está en concordancia con la existente en el manual de psiquiatría DSM-IV.

1. El maltrato físico

Este tipo de maltrato abarca una serie de actos perpetrados utilizando la fuerza física de modo inapropiado y excesivo. Es decir, es aquel conjunto de acciones no accidentales ocasionados por adultos (padres, tutores, maestros, etc.), que originan en el niño un daño físico o enfermedad manifiesta. Aquí se incluyen golpes, arañazos, fracturas, pinchazos, quemaduras, mordeduras, sacudidas violentas, etc.

2. La negligencia o abandono

La negligencia es una falta de responsabilidad parental que ocasiona una omisión ante aquellas necesidades para su supervivencia y que no son satisfechas temporal o permanentemente por los padres, cuidadores o tutores. Comprende una vigilancia deficiente, descuido, privación de alimentos, incumplimiento de tratamiento médico, impedimento a la educación, etc.

3. El maltrato emocional

Es aquel conjunto de manifestaciones crónicas, persistentes y muy destructivas que amenazan el normal desarrollo psicológico del niño. Estas conductas comprenden insultos, desprecios, rechazos, indiferencia, confinamientos, amenazas, en fin, toda clase de hostilidad verbal hacia el niño. Este tipo de maltrato, ocasiona que en los primeros años del niño, éste no pueda desarrollar adecuadamente el apego, y en los años posteriores se sienta excluido del ambiente familiar y social, afectando su autoestima y sus habilidades sociales.

4. El abuso sexual

Es uno de los tipos de maltrato que implica mayores dificultades a la hora de estudiar. Consiste en aquellas relaciones sexuales, que mantiene un niño o una niña (menor de 18 años) con un adulto o con un niño de más edad, para las que no está preparado evolutivamente y en las cuales se establece una relación de sometimiento, poder y autoridad sobre la víctima.
Las formas más comunes de abuso sexual son: el incesto, la violación, la vejación y la explotación sexual. También incluye la solicitud indecente sin contacto físico o seducción verbal explícita, la realización de acto sexual o masturbación en presencia de un niño y la exposición de órganos sexuales a un niño.
El maltratador habitualmente es un hombre (padre, padrastro, otro familiar, compañero sentimental de la madre u otro varón conocido de la familia). Raramente es la madre, cuidadora u otra mujer conocida por el niño.
Otro tipo de maltrato infantil es el llamado Sindrome de Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos.
Generalmente se trata de un niño en la edad de lactante-preescolar (edad media de 3 años). Los signos y síntomas aparecen solamente en presencia de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso), son de causa inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran el diagnóstico. Este sindrome presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales.
Además se debe incluir el maltrato prenatal, definido como aquellas circunstancias de vida de la madre, siempre que exista voluntariedad o negligencia, que influyen negativa y patológicamente en el embarazo, parto y repercuten en el feto. Tales como: rechazo del embarazo, falta de control y seguimiento médico del embarazo, negligencia personal en la alimentación e higiene, medicaciones excesivas o no prescritas, consumo de alcohol, drogas y tabaco, exposición a radiaciones, y otras.
En los últimos tiempos se habla de maltrato institucional, que consiste en cualquier legislación, programa o procedimiento, ya sea por acción o por omisión, procedente de poderes públicos o privados, por profesionales al amparo de la institución, que vulnere los derechos básicos del menor, con o sin contacto directo con el niño.
Cada uno de estos tipos de maltrato infantil presentan indicadores físicos y conductuales en el menor maltratado, así como indicadores conductuales y actitudes del maltratador, lo cual ayuda en su diagnóstico.

Las causas del maltrato infantil

Los estudiosos del tema del maltrato infantil han tratado de explicar su aparición y mantenimiento utilizando diversos modelos, así tenemos: el modelo sociológico, que considera que el abandono físico es consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones de aislamiento social (Wolock y Horowitz, 1984); el modelo cognitivo, que lo entiende como una situación de desprotección que se produce como consecuencia de distorsiones cognitivas, expectativas y percepciones inadecuadas de los progenitores/cuidadores en relación a los menores a su cargo (Larrance, 1983); el modelo psiquiátrico, que considera que el maltrato infantil es consecuencia de la existencia de psicopatología en los padres (Polansky, 1985); el modelo del procesamiento de la información, que plantea la existencia de un estilo peculiar de procesamiento en las familias con menores en situación de abandono físico o negligencia infantil (Crittender, 1993); y por último el modelo de afrontamiento del estrés, que hace referencia a la forma de evaluar y percibir las situaciones y/o sucesos estresantes por parte de estas familias (Hilson y Kuiper, 1994).
En la actualidad el modelo etiopatogénico que mejor explica el maltrato infantil, es el modelo integral del maltrato infantil. Este modelo considera la existencia de diferentes niveles ecológicos que están encajados unos dentro de otros interactuando en una dimensión temporal. Existen en este modelo factores compensatorios que actuarían según un modelo de afrontamiento, impidiendo que los factores estresores que se producen en las familias desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros. La progresiva disminución de los factores compensatorios podría explicar la espiral de violencia intrafamiliar que se produce en el fenómeno del maltrato infantil. Entre los factores compensatorios se señalan: armonía marital, planificación familiar, satisfacción personal, escasos sucesos vitales estresantes, intervenciones terapéuticas familiares, apego materno/paterno al hijo, apoyo social, buena condición financiera, acceso a programas sanitarios adecuados, etc. Entre los factores estresores se cuentan: historia familiar de abuso, disarmonía familiar, baja autoestima, trastornos físicos y psíquicos en los padres, farmacodependencia, hijos no deseados, padre no biológico, madre no protectora, ausencia de control prenatal, desempleo, bajo nivel social y económico, promiscuidad, etc.

Consecuencias del maltrato infantil

Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de las estas secuelas depende de:
  • Intensidad y frecuencia del maltrato.
  • Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades sociales, etc).
  • El uso o no de la violencia física.
  • Relación del niño con el agresor.
  • Apoyo intrafamiliar a la víctima infantil.
  • Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.
En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño, cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres, deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad, problemas de relación interpersonal.
Diversos estudios señalan que el maltrato continúa de una generación a la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa adulta.

Prevención del maltrato infantil y actuación del pediatra.

Los pediatras, al ser los profesionales de salud que están en mayor contacto con los niños, son los llamados a realizar la prevención del maltrato infantil, además de establecer diagnósticos y junto con un equipo multidisciplinario colaborar en su tratamiento.
Los pediatras se encuentran en una posición favorable para detectar niños en situación de riesgo (sobre todo en menores de 5 años, la población más vulnerable), a partir de esta edad los maestros comienzan a tener un papel principal en la prevención y diagnóstico.
La prevención del maltrato infantil se establece en tres niveles:
Prevención Primaria: dirigida a la población general con el objetivo de evitar la presencia de factores estresores o de riesgo y potenciar los factores protectores del maltrato infantil.
Se incluyen:
  • Sensibilización y formación de profesionales de atención al menor.
  • Intervenir en la psicoprofilaxis obstétrica (preparación al parto).
    Intervenir en las escuelas para padres, promoviendo valores de estima hacia la infancia, la mujer y la paternidad.
  • Prevenir el embarazo no deseado, principalmente en mujeres jóvenes, mediante la educación sexual en centros escolares y asistenciales.
  • Búsqueda sistemática de factores de riesgo en las consultas de niño sano. Así como evaluar la calidad del vínculo afectivo padres-hijos, los cuidados del niño, actitud de los padres en la aplicación del binomio autoridad-afecto.
  • Intervenir en las consultas y exponer los derechos de los niños y la inconveniencia de los castigos físicos. Ofrecer la alternativa de la aplicación del castigo conductual.
  • Identificar los valores y fortalezas de los padres, reforzando su autoestima.
Prevención Secundaria: dirigida a la población de riesgo con el objetivo de realizar un diagnóstico temprano y un tratamiento inmediato. Atenuar los factores de riesgo presentes y potenciar los factores protectores.
Se incluyen:
  • Reconocer situaciones de maltrato infantil, estableciendo estrategias de tratamiento.
  • Reconocer situaciones de violencia doméstica o de abuso a la mujer y buscar soluciones.
  • Reconocer las conductas paternas de maltrato físico o emocional, considerando la remisión de la familia a una ayuda especializada en el manejo de la ira y la frustración.
  • Remitir a centros de salud mental a padres con adicción a alcohol y drogas.
Prevención Terciaria: consiste en la rehabilitación del maltrato infantil, tanto para los menores víctimas como para los maltratadores. Para ello se debe disponer de un equipo interdisciplinario (pediatras, psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, orientadores familiares, terapeutas, jueces de menores, cuerpos policiales, etc.).

EL MALTRATO INFANTIL ES UN PROBLEMA DE TODOS.


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